“El
abuso de las prisiones preventivas o cuando el acusado todavía no tiene condena
en firme se convirtió en moneda corriente en los últimos años en América Latina”
(y sobre todo en argentina) afirma el periodista Luis Bruschtein de Página
12[1],
ex miembro de la organización Montoneros.
Sr. Luis Bruschtein |
Si
bien el artículo comienza analizando la situación de la justicia en Argentina y
América Latina de manera acertada, rápidamente el texto se transforma en
panfleto de un militante de otros tiempos, aportando informaciones orientadas tratando
con ellas de desinformar.
La
politización de la justicia es la regla en Argentina, no hay imparcialidad, independencia,
ni objetividad en los jueces de la Nación. En todos los juicios hay una fuerte
influencia política e ideológica, no solo en los que tratan los hechos de
corrupción de hombres políticos, sino también y sobre todo en los ilegales
juicios de lesa humanidad donde los magistrados federales violando principios
de legalidad, constitucionalidad, convencionalidad y utilizando la “íntima convicción”,
condenan sin probar el delito o crimen de los ex agentes del Estado que se
opusieron a los grupos terroristas en los 70. Los periodistas también acusan y
condenan sin pruebas, el Sr. Bruschtein no puede negar esa realidad.
En
nombre de una ilegal política de Estado, con la complicidad de las mal llamadas
ONG, la justicia violó los derechos humanos, la Constitución Nacional y
las Convenciones Internacionales, de las personas acusadas de lesa humanidad que
en los 70 protegieron las instituciones del Estado y la sociedad de los ataques
armados de las organizaciones terroristas que intentaron tomar el poder por las
armas. No todos los argentinos son iguales ante la ley.
Argentina
no tiene solo 30 Prisioneros Políticos como afirma el Sr. Bruschtein, el
sistema judicial argentino detiene más de 3000 hombres y mujeres de diversos sectores
socio-profesionales que no integraron los grupos armados ilegales de los 70. Esos
Prisioneros Políticos, con prisiones preventivas de más de 10 años, sin
condenas firmes, la justicia les niega toda demande de excarcelación.
Recordando
al Sr. Bruschtein que no por que repita y
afirme sus dichos, estos se transforman en verdades. En Argentina jurídicamente
en los años 70 no hubo crimen de genocidio. El mismo no puede ser reconocido
por voluntad personal o por la expresión militante “en el contexto o en el marco”,
por consecuencia no hay genocidas ni la apología de ese crimen. Utilizar esa
palabra, es despreciable y miserable por la memoria de las víctimas y sus
familias, que vivieron esa inhumana situación en un momento histórico preciso. Ningún
historiador o jurista responsables pueden asociarlo con la Argentina actual o
de los 70. Al contrario, hubo grupos terroristas, que cometieron actos
terroristas y hay ex – terroristas. Afirmar un genocidio en Argentina releva de
la ciencia ficción y de la irresponsabilidad judicial, social, moral, es
utilizar palabras sin sentido ni valor tratando de crear conceptos ex -nihilo.
Sr.
Bruschtein, reconozca que sus reivindicaciones deben ser de aplicación real
para todos los ciudadanos por igual porque si no estaría violando el objeto de
su artículo. No puede defender los derechos de unos y dejar o favorecer que vulneren
los derechos de otros, de lo contrario su argumento sería inoperante. O hay corrupción,
injusticia, politización de la justicia en la Argentina que afecta toda la sociedad
o no hay nada de lo denunciado. La legitimidad de sus palabras está en juego.
¿Porque
un juez politizado, corrupto, tendrá un comportamiento ilegal en uno juicio y
no en otros?, el juez es el brazo armado del poder político. Paris, 13
noviembre 2019, CasppaFrance
[1] Lula libre: Un poco de
Justicia https://www.pagina12.com.ar/230018-lula-libre-un-poco-de-justicia
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