La
mentira como verdad.
Por
Mario Sandoval
La
campaña mediática realizada por diversos medios escritos,
televisivos y radiales, acusando, juzgando y condenando a los
parlamentarios
que visitaron a los detenidos arbitrariamente acusado de lesa
humanidad en la U31 del SPF de Ezeiza son ataques ad-personam
y ad-hominem
inadmisibles. Demuestra una vez más que para estos medios lo
importante no es hacer conocer la verdad al lector, sino que el
objetivo es publicar una mentira para hacerla pasar como una verdad,
para así desinformar, manipular, confundir, la sociedad y las
personas de buena voluntad que creen que estos periodistas informan
hechos y circunstancias verdaderas, verificadas, dentro de un marco
deontológico de la profesión.
Los
parlamentarios de LLA no cometieron algún delito visitando los
detenidos en la U31 del SPF, son personas privadas de libertad,
adultos mayores, vulnérables, con patologías diversas, que como
individuos disponen de todos los derechos salvo el de la libertad
personal. En esta circunstancia, los diputados cumplieron sus
mandatos legislativos: el de control de la aplicación de la ley, la
verificación de las condiciones de detenciones de las personas
entrevistadas y la acción humanitaria en cuanto al respeto de la
dignidad de cada uno de las personas visitadas. No violaron alguna
disposición reglamentaria, legislativa, constitucional o
convencional.
No
se puede juzgar ni sancionar la opinión política de los
parlamentarios, sus actos y decisiones funcionales relacionadas con
su mandato. Pensar a una conducta inapropiada o a la inhabilidad
moral (art. 66 CN) es inoperante y arbitraria porque tales
indicadores son inexistentes dado que toda presencia de cualquier
parlamentario en una institución del Estado está relacionado al
ejercicio de su función y a la legalidad de sus actos, protegidos
por los artículos 68 y 69 de la CN.
Los
periodistas en general y los que participan en estos hechos, actúan
como actores políticos, aunque manifiesten lo contrario, son
militantes que defienden una ideología que luego pretenden
protegerse detrás de un carnet de prensa si son criticados. Influyen
en el espectro social y en sus roles profesionales no son objetivos,
independientes e imparciales. Responden a interés políticos
variados, complejos y sobretodo fomentan e inventan responsabilidades
penales, morales, políticas, de los parlamentarios como de cualquier
ciudadano cuando ello es rentable a sus intereses.
En
esta ocasión, se asociaron con parlamentarios, grupos políticos,
agrupaciones sindicales, ONG de dudosa defensa de los DDHH,
personalidades políticas, cuya premisa es dinamitar el Estado de
Derecho y sus Instituciones, porque no responden a sus objetivos
ideológicas. La particularidad de todos esos personajes es que
reivindican el accionar de los grupos terroristas de los 70,
justificando la violencia política que ejercieron. Los periodistas
guardan silencio cómplice.
Recordando
que: La
principal tarea del periodista es servir a la gente en su derecho a
la verdad y la información auténtica con una dedicación honesta a
la realidad objetiva, de manera que los hechos estén divulgados
conscientemente en un contexto apropiado, precisando sus conexiones
esenciales y sin causar distorsión… La información en periodismo
se entiende como bien social y no como un producto, el periodista
comparte la responsabilidad de la información transmitida…el
periodista participa activamente en la transformación social hacia
la mejora democrática de la sociedad y contribuye con el diálogo a
un clima de confianza…absteniéndose de cualquier justificación de
las demás formas de violencia, odio o discriminación …
(Principios de la Unesco de 1983). Nada de esos ocurre en la
Argentina desde hace más de un cuarto de siglo, toda actividad
periodística está politizado e ideologizado, donde la información
verdadera es inexistente.
Pero,
además en el ejercicio de su profesión, debe respetar: Las
obligaciones y principios esenciales de la ética periodística
previstos en: a) La carta de Múnich del 24noviembre 1971, b) Los
principios Internacionales de ética profesional en periodismo del
21noviembre 1983, c) La declaración de Chapultepec del 11 marzo
1994, d) Ética del Periodismo SIP del 18 octubre 1925, e) Carta de
aspiraciones del SIP, octubre 2008. Por ejemplo: Respetar
la verdad, cualesquiera que sean las consecuencias, en razón del
derecho del público a estar informado. Rectificar cualquier
información publicada que resulte inexacta. Abstenerse de calumnia,
difamación, acusaciones infundadas…Nunca confundir el periodismo
con la publicidad o la propaganda…
(Carta de Múnich).
El
principio que “la
credibilidad de la prensa está ligada al compromiso con la verdad, a
la búsqueda de precisión, imparcialidad y equidad”
(Declaración de Chapultepec), de “Informar
con exactitud y con verdad” (Ética
del Periodismo SIP). “Los
editores deben brindar a las personas e instituciones implicadas en
las noticias la oportunidad de manifestar su versión de los hechos,
en aras de acercarse lo más posible a la verdad y garantizar la
pluralidad y diversidad”
(Carta de aspiraciones del SIP, octubre 2008).
Los
periodistas-militantes, utilizan calificativos injuriosos,
calumniosos, manifiestan hechos que nunca existieron en la Argentina.
No hubo genocidio, en consecuencia, no hay genocidas. Los crímenes
contra la humanidad no están tipificados en norma interna, ley penal
o el código penal…, es decir que, de continuar publicando bajo
esos parámetros, la prensa en general demuestra que no comunica la
verdad, engaña a la sociedad, a los lectores. Nunca se interrogaron
sobre los principios de legalidad, la no retroactividad penal, la
prescripción, el tiempo razonable del procedimiento, y sobretodo que
ningún Estado miembro de la Unión europea, del Consejo de Europa,
de la OSCE, la CIJ, el TEDH, la CPI, no aplican el “modelo
argentino” de justicia con los juicios llamados de lesa humanidad.
Por
el tratamiento que le dieron a la información los periodistas
consideran que las personas privadas de libertad en la U31, acusadas
arbitrariamente
de delitos de lesa humanidad, no tienen derechos humanos y no se las
debe visitar, aun menos por parte de diputados de LLA.
Es
extraño los principios éticos de esos mismos periodistas o de sus
asociados de circunstancias (jueces federales por ejemplo) que no
critican o cuestionan cuando otros parlamentarios participan en
manifestaciones violentas atacando las fuerzas del orden, promoviendo
la insurrección o la ruptura constitucional, cuando visitan
políticos que cometieron delitos de corrupción y se los llama
presos políticos, o apoyan grupos violentos travestidos en pueblos
originarios.
Confirmando
que, estos periodistas supuestamente defensores de la libertad de
opinión, de publicar libremente sus ideas y de los DDHH, en estas
dos últimas décadas llevaron
a la opinión pública hacia carriles equivocados mediante
información inexacta o conclusiones erradas sobre la violencia
armada de los 70, presentaron
terroristas
de la época, glorificados como héroes, ello en nombre de la
libertad de la prensa, y el lector está obligada a leer sus
opiniones políticas o las posiciones ideológicas de terceros que
ellos comparten. Los periodistas no son “constructores de sentido”
de la realidad, pero si construyen relatos de hechos inexistentes,
provocan conflictos políticos-sociales. Nunca se excusaron por esos
hechos.
Yo
elegí defender los DDHH y los principios de legalidad de todas las
personas por igual, los periodistas y medios de comunicación que
atacan a los diputados de LLA, Beltrán
Benedit, Lourdes Arrieta, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra y
María Fernanda Araujo,
no.
Buenos
Aires, 23julio2024.
Prof. Mario
Sandoval,
Presidente Casppa-France.
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Libertad
de expresión, opinión, pensamiento: Art: 4, 10, 11 Declaración de
los Derechos Humanos y del Ciudadano 1789. Art: 19 Declaración
Universal de los Derechos del Hombre 1948, Art 19 Pacto Internacional
relativa a los Derechos Civiles y Políticos 1966, Art 9, 10
Convención Europea de Derechos Humanos 1950, Art. 13 Convención
Americana sobre los Derechos Humanos, las Constituciones de países
democráticos