Por Mario Sandoval 1 En el escenario político argentino reciente, los slogans “El que las hace, las paga” y “¡Viva la libertad, carajo!” se han convertido emblemas discursivos del gobierno, de sus seguidores y de voceros ad-hoc, que proclaman -con altisonancia- la defensa de supuestos valores morales absolutos: la justicia y la libertad. Estas frases, en apariencia contundentes, se han presentado como síntesis de un nuevo orden político que promete justicia, honestidad y emancipación. Sin embargo, lejos de representar principios filosóficos, jurídicos o humanistas, estos lemas son paradigmas tradicionales de la propaganda, diseñadas para instrumentalizar el lenguaje político y manipular emocionalmente la sociedad. Su único propósito es consolidar el poder, legitimar la exclusión y normalizar el castigo sin derecho. Ambos discursos no solamente ocultan una profunda incoherencia política- filosófica real. Operan en el plano simbólico para galvanizar a sectores...
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