La desinformación: actores y discursos en disputa.


 

Por Mario Sandoval1


En el reciente artículo «Guerra informativa: diplomáticos y expertos debatieron cómo frenar la desinformación», https://www.perfil.com/noticias/internacional/guerra-informativa-diplomaticos-y-expertos-debatieron-como-frenar-la-desinformacion.phtml publicado por Perfil, su autora Cecilia Degl'Innocenti se refiere al «Foro Internacional sobre Desinformación», que tuvo lugar el 12 mayo pasado, en el Centro Cultural Recoleta de CABA. Los expertos participantes de ese encuentro analizaron el accionar de la desinformación, considerada por ellos como una de las principales amenazas a la estabilidad de la democracia liberal en el siglo XXI.

Contexto

En dicho foro se designó en general como único responsable de la desinformación a los Estados, cuando en realidad los medios de comunicación, periodistas, científicos, ONG y militantes de derechos humanos también actúan como vectores de desinformación, ya sea por compartir ideología con el Estado, por intereses políticos propios o por financiamiento estatal. Designar a un solo responsable es, en sí mismo, una forma de desinformar.

I. Deontología del periodismo

La autora del artículo afirma que combatir la desinformación garantizando la libertad de expresión y evitando la censura es el desafío de los «entes que promueven la verdad, como el periodismo». Efectivamente, según los Principios de la UNESCO (1983), «la principal tarea del periodista es servir a la gente en su derecho a la verdad y la información auténtica, con una dedicación honesta a la realidad objetiva».

Así mismo, la ética periodística, según la Carta de Múnich (1971), exige «respetar la verdad, rectificar informaciones inexactas, abstenerse de calumniar o difamar, y no confundir periodismo con propaganda». Otros principios, como la Declaración de Chapultepec (1994) o el código ético de la SIP (1925), reafirman el compromiso con la exactitud, imparcialidad y equidad.

Sin embargo, en la Argentina de la posverdad, pocos periodistas respetan estas normas. La prensa se ha transformado en un arma política y en uno de los vectores más representativos de la desinformación, usada para atacar ideológicamente y manipular a la opinión pública. La actividad periodística ha sido progresivamente politizada en las últimas décadas, poniendo en duda la información verdadera en general.

II. Punto de vista de los participantes:

La exdiputada Laura Alonso, portavoz del jefe de Gobierno porteño, afirmó que la desinformación «envenena la convivencia democrática» y que «la fabricación de la verdad por actores externos contamina el debate público y mina la confianza en las instituciones». Destacó, además, la necesidad de un periodismo independiente y profesional.

Otros expertos participantes describieron la desinformación como un fenómeno global heterogéneo, una estrategia sistemática, que facilita la injerencia de actores extranjeros en la soberanía de los gobiernos, «...no se trata solo de un fenómeno aislado, sino de una estrategia sistemática, dirigida principalmente desde gobiernos extranjeros, para manipular el espacio informativo y afectar decisiones soberanas» (afirmó el representante de la Unión Europea). Para otros, la información es una arma política, que se manifiesta en la guerra de la información2. En ese contexto, se militariza el lenguaje y el relato, perdiéndose los límites entre guerra y paz. Controlar el discurso es ejercer poder sobre la sociedad.

III. Debate

La desinformación, desde una perspectiva holística, puede definirse como una práctica intencional de construcción, manipulación o difusión de narrativas engañosas o distorsionadas que buscan alterar la percepción, el juicio o el comportamiento de individuos o colectivos, con fines de control político, económico o social. Actúa en niveles cognitivos, emocionales, institucionales y tecnológicos. Afecta la autonomía individual, el estado de derecho y la integridad del conocimiento compartido.

El arte de la desinformación no es nuevo, Sun Tzu, en El arte de la guerra, ya promovía la fabricación de información falsa para confundir al enemigo. Plutarco3(66-120 JC) y Schopenhauer4 (1788-1860), reflexionaron sobre el uso del engaño como herramienta de poder. En el siglo XX, Edward Bernays (1891-1995)5 legitimó la manipulación de la opinión pública como componente esencial de la democracia mediante la propaganda.

La propaganda, más que simples noticias falsas, es una narrativa diseñada para provocar emociones y modelar percepciones, sirviendo a los intereses de su emisor. Su eficacia reside en su capacidad para estructurar el relato y moldear la realidad. La propaganda es el órgano ejecutivo del gobierno invisible.

IV. Otros aspectos

La maskirovka6 es el término ruso para designar el arte de la disimulación y la desinformación, practicada desde comienzos del siglo XX. Incluye camuflajes, falsas maniobras, negación de hechos, entre otras tácticas. Aplicado en todos los aspectos políticos, militar, diplomático, culturales, judiciales...Estas técnicas evolucionaron en operaciones de influencia7 que buscan moldear percepciones a nivel global.

Por otro lado, la guerra cognitiva representa una forma más sofisticada de manipulación de la información8, centrada en influenciar directamente el pensamiento, emociones y comportamiento, para alterar la percepción de la realidad y la capacidad de decidir. El objetivo: no solo es controlar la información, sino también cómo la gente la interpreta y reacciona a ella.

Para enfrentar la desinformación, diversos países han implementado leyes como la de injerencia extranjera, agencias de control informativo, regulaciones sobre inversiones extranjeras, leyes de extranjeros, entre otros. Ejemplos: EE.UU., Canadá, Rusia, Francia, Israel, China, Suecia, Venezuela, Hungría, Australia, Nicaragua y Ucrania.

Finalmente,

Las afirmaciones del foro evidencian una preocupante tendencia que se dejan entrever en los discursos vertidos : abolir la verdad, uniformar la opinión, construir enemigos y vehiculizar ideologías dominantes, constitutivos de los principios propios de las nuevas dictaduras.9 No se abordaron temas relevantes como la taqîya10, táctica de disimulo y desinformación utilizado por grupos radicales islámicos que atentan contra el orden y la seguridad internacional.

Tampoco se trató el impacto de la e-reputación11, que, asociada con las fake news, afecta gravemente a Estados, empresas y personas. Medios y periodistas frecuentemente participan de estas prácticas, pero el corporativismo profesional impide señalar esas conductas. Medios como Página 12, Radio Madres, El Cohete a la Luna, Data Clave o C5N, y algunos de sus periodistas, vehiculizan discursos de odio ideológico contra ciertos actores públicos, en particular ex agentes del Estado en los años 70, sin sustento fáctico.

Incluso, sectores del Poder Judicial se ven implicados en la legitimación de estas prácticas.

Conclusión

En tiempos donde la posverdad se institucionaliza y la desinformación se convierte en táctica sistemática, urge una revisión crítica del rol de los medios, los periodistas, los actores institucionales y los grupos privados, sin excepciones ideológicas ni excusas corporativas. Combatir la desinformación exige, ante todo, reconocer la multiplicidad de sus fuentes y las complejidades de sus mecanismos. Nombrar un único responsable es, irónicamente, desinformar. Solo un compromiso real con la verdad, el pluralismo y la ética puede sostener una democracia genuina frente a la manipulación discursiva global.

Dos de los principios de Ponsonby1 se ajustan correctamente a los resultados de ese Foro : el 9. “Nuestra causa tiene un carácter sagrado, divino, o sublime” y el 10. “Los que ponen en duda la propaganda de guerra son unos traidores”.

Montaigne recuerda en sus escritos el horror que tiene a toda palabra que esconde la verdad porque la mentira es un impedimento a la cohesión social. Pero en todo caso afirma que, “la verdad es una, es única, la mentira es infinita”2.

Yo elegí luchar contra la desinformación, defender el Estado de Derecho y los Derechos Humanos de todos por igual. Los manipuladores de la información y de la propaganda, no. Prof. Mario Sandoval, Presidente de Casppa France, 26mayo2025.




1- Mario Sandoval, francés, nació en Buenos Aires. Formación y actividades en ciencias políticas, filosofía, habiendo ocupado funciones en los sectores públicos y privados, la docencia superior y consultorías, a nivel nacional e internacional, en los campos de las relaciones internacionales, la geopolítica. Detenido arbitrariamente por la Argentina, actualmente privado de libertad en la prisión de alta seguridad de la U34 del SPF. Presidente de Casppa-France.

2- Guerra de la Información: Se refiere al uso estratégico de la información - y de los sistemas de información- para ganar ventaja en un conflicto o disputa, ya sea militar, política, económica o social. Incluye acciones ofensivas y defensivas que afectan la percepción, la moral y la toma de decisiones del adversario.

3-Cómo sacar ventajas de sus enemigos (100 JC)

4- El arte de tener siempre razón o dialéctica erística (1830)

5- “Propaganda: como manipular la opinión en Democracia: (1928)”

6- «...la sorpresa, el engaño y la rapidez eran ensañadas en el ejército ruso, luego en el ejército rojo, en una Escuela de Engaño creada en 1904 y disuelta en 1929. El reglamento de 1929 determinaba que: «la sorpresa ejerce un efecto estupefaciente sobre el enemigo. Por esta razón, todas las operaciones llevadas a cabo por las tropas deberán ser realizadas con rapidez y engaño máximos...» in David Glantz, Soviet Military Deception in the Second World War, London, Routledge. Frank Cass, 1989.

7-William Hutchinson, « The Influence of Maskirovka on Contemporary Western Deception Theory », Proceedings of the 3rd European Conference on Information Warfare and Security, 28 juin 2004.

8- Proceso mediante el cual se modifica o distorsiona información veraz para inducir interpretaciones erróneas, sesgadas o convenientes para un actor específico.

9- Théorie de la dictature, Michel Onfray, 2019, ed. Robert Laffont.

10- Los militantes del islam radical sostienen que es lícito ocultar la práctica de la fe cuando el objetivo es asesinar al infiel. No está escrito en ningún libro sagrado del islam

11- Percepción y opinión que tienen los usuarios de Internet sobre una persona, empresa, marca o cualquier otro elemento en el mundo digital. 

12- Los diez principios de Arthur Ponsonby in "La falsedad en tiempo de guerra: Las mentiras de la propaganda de la Primera Guerra Mundial" de 1928.

13 -Michel de Montaigne, «Ensayos» (1580).

*** 

Libertad de expresión, opinión, pensamiento: Art: 4, 10, 11 Declaración de los Derechos Humanos y del Ciudadano 1789. Art: 19 Declaración Universal de los Derechos del Hombre 1948, Art 19 Pacto Internacional relativa a los Derechos Civiles y Políticos 1966, Art 9, 10 Convención Europea de Derechos Humanos 1950, Art. 13 Convención Americana sobre los Derechos Humanos, las Constituciones de países democráticos


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