En
un artículo publicado por Perfil https://www.perfil.com/noticias/politica/el-telefono-de-bullrich-dalessio-y-las-mentiras-del-periodismo.phtml,
la ministra de seguridad acusa de mentiroso al periodismo. El autor de la nota,
en su derecho a la defensa, argumenta que: El periodismo no es una ciencia exacta pero su
pilar fundamental es la búsqueda de la verdad, entendiendo que muchas veces
la verdad en sí es un concepto borroso. Es por eso que cuestionar las intenciones
de un periodista al momento de hacer su trabajo es casi lo mismo que buscar
herirlo de muerte. La pérdida de la imparcialidad es justamente una de
las razones por las cuales gran parte de la sociedad no confía en los medios de
comunicación. …
Recolectamos información, la chequeamos, llamamos a las fuentes y publicamos,
afirma Agustino Fontevecchia.
·
“Nosotros
no constituimos la verdad, la descubrimos. Creo que hay algo en común y es
reconocer que el hecho está afuera. No es producto de mi voluntad” agrega Jorge
Fontevecchia https://www.perfil.com/noticias/politica/la-argentina-no-tiene-futuro-si-no-es-capaz-de-vivir-con-las-reglas-que-se-da-a-si-misma.phtml
Es
sorprendente el alto nivel de reactividad y de argumentarios por parte de
Perfil ante la acusación de la ministra de seguridad para demostrar y
justificar las actividades periodísticas-deontológicas de su profesión, y así evacuar toda duda de imparcialidad, subjetividad, ideología, intencionalidad. Hasta
se podría creer que es normal en Argentina la existencia de una cultura de relaciones
sanas, honestas, transparentes, entre los periodistas y la sociedad, entre las
incorrectas o falsas informaciones publicadas y el derecho a réplica, pero la
realidad es otra y no todos reciben el tratamiento de la ministra de seguridad
de la nación.
¿Porque
esas mismas rectificaciones parciales, comprensiones, verificaciones, explicaciones, no la
realizan con los acusados ilegalmente de lesa humanidad? ¿Porque no chequean las causas en los juzgados con los puntos obscuros que pueden tener orientaciones
políticas e ideológicas y no jurídica? Que les impide entrevistar profesionales
nacionales y extranjeros objetivos, se documentar comparando con otros países,
encontrar los acusados, para luego construir lo que ellos llaman el pilar
fundamental de buscar la verdad y publicarla previa verificación. Nunca lo
hicieron y dejaron creer a la sociedad y toda una generación que la violación de los Derechos Humanos de la cual
son víctimas más de 3000 personas es normal, legal, conforme a principios humanistas y convenciones internacionales. Perfil como otros medios y periodistas, son los mejores vectores y agentes de influencia para instalar y trasmitir la mentira oficial en la sociedad y al extranjero.
Pese
a lo que puedan afirmar los Sres Fontevecchia ni ellos ni los otros llamados periodistas (en realidad militantes políticos) nunca descubrieron o buscaron la información sobre
los casos de lesa humanidad, la establecieron. Fue producto de una voluntad editorial,
rentabilidad política y financiera.
Los
periodistas nunca se inquietaron por la ausencia conocida de la seguridad jurídica
permanente desde hace más de dos décadas, ni por la corrupción e impunidad en la justicia, o las influencias políticas
e ideológicas en los fallos judiciales, jamás quisieron asociarlas con las
decisiones de los jueces en los ilegales juicios de lesa humanidad. Poco importa si ello afecta la vida y libertades de personas inocentes.
Es
imposible que los periodistas puedan haber ignorado la existencia de hechos denunciados
en reiteradas oportunidades por el
presidente de la CSJN, como en la última entrevista donde recordó que:
·
Los derechos humanos se
nos conceden por el mero hecho de que portamos humanidad, y todos portamos
humanidad. Son derechos para todos.
·
Uno de los grandes
problemas argentinos ha sido la judicialización de la política y la
politización de la justicia. Hay que terminar con eso. El derecho puede ser
usado como un arma de choque al servicio de intereses sectoriales o
partidarios.
·
El deber primario de un
juez es hacer lo que está legalmente ordenado. No somos salvadores del mundo.
Además, pensar en casos extraordinarios no es bueno para resolver situaciones
ordinarias. El problema argentino son las soluciones ordinarias. No podemos pensar
que todo es excepción, que todo es tragedia. Las tragedias son inusuales y las
excepciones tienen que ser inusuales. Hay una cosa muy importante: si un juez,
en algún momento, cree que tiene que hacer excepción a la aplicación del
derecho, lo tiene que decir de ese modo. Lo que no puede pasar es que invoquen
al derecho como una coartada para desobedecerlo. Si un juez, en un caso
particular, cree que el derecho impone una decisión que no debe ser acatada,
puede hacer dos cosas: renunciar o decir “voy a ignorar el derecho y me hago
responsable”. https://www.perfil.com/noticias/politica/la-argentina-no-tiene-futuro-si-no-es-capaz-de-vivir-con-las-reglas-que-se-da-a-si-misma.phtml
Cual
será el paso siguiente de los periodistas de Perfil con los artículos y el análisis con el verdadero y legal rol de la justicia en los ilegales juicios de
lesa humanidad. Ahora no se puede argumentar ignorancia salvo intencionalidad de
continuar a afirmar una mentira. Paris, 26 mayo 2019. CasppaFrance
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