Es
tradición constatar una vez más que los mal llamados organismos de derechos
humanos tienen como objetivo violar a terceros los derechos que dicen defender,
realizando de manera sistemática acusaciones ad-personam y ad-hominem.
En
esta ocasión, cuatro organizaciones integradas por ex-terroristas, familiares o
defensores de la lucha armada de los 70, convocan en nombre de la memoria,
verdad, justicia, pero en realidad lo hacen por la mentira, el olvido y la
injusticia. Afirman asimismo dos otras mentiras:
-
Juicio y castigo:
Muestra una vez más, que el carburante que moviliza estas personas es el
principio fundamental de venganza porque solo reconocen la causalidad de juicio
y castigo. Para estos defensores de los DDHH es inexistente la posibilidad de
juicio e inocencia, de la ilegalidad de los juicios o de la inocencia. El
principio de inocencia no se aplica en estos casos. Es decir que, en ese
contexto de inseguridad jurídica, nadie puede ser inocente, existe la
presunción de culpabilidad para todos los sectores socio-profesionales de los
70, que no integraron los grupos terroristas de esa época. Ser condenado
depende de voluntades, oportunidades y decisiones políticas, contrario a los
principios de los derechos humanos.
-
Genocidas:
Los firmantes del llamado a la venganza no pueden ignorar que en Argentina
jurídicamente no hubo crimen de genocidio, por consecuencia no hay genocidas ni
la apología de ese crimen. Utilizar esa palabra, designando un grupo nacional,
es despreciable y miserable por la memoria de las víctimas y sus familias, que
vivieron esa inhumana situación en un momento histórico preciso. Por las
calumnias e injurias que efectúa merece el rechazo de la sociedad y de las
personas que vivieron esos crímenes, ningún historiador o jurista responsables
pueden asociarlo con la Argentina actual o de los 70. Al contrario, hubo grupos
terroristas, que cometieron actos terroristas y hay ex – terroristas. Continuar a afirmar un crimen que no existió
releva de la ciencia ficción y de la irresponsabilidad social, moral, es
utilizar palabras sin sentido ni valor tratando de crear conceptos ex -nihilo.
Es
necesario recordar que los grupos terroristas de los años 70 en Argentina no
defendían los derechos humanos, la justicia ni el Estado de derecho.
Los
organismos de derechos humanos que convocan para
el 28 agosto próximo, comparten y promueven acciones para que, a los ex
agentes del Estado, acusados en los ilegales juicios de lesa humanidad, se les
violen los principios de legalidad, constitucionalidad, convencionales, es
decir los derechos humanos. Los miembros de esas asociaciones participan
e incitan a que la justicia aplique la retroactividad penal, una
inexistente costumbre internacional, la responsabilidad penal colectiva, la
analogía penal, las prisiones preventivas ilimitadas, que se ignore la
prescripción, las leyes de amnistías, el debido proceso. Se oponen a las
posibilidades de detenciones domiciliarias y que los PP en prisión puedan
beneficiar de derechos culturales, sociales, educativos, de salud. Los PP en
detenciones domiciliarias son objetivos de escraches, persecuciones y otras
amenazas ¿Es esa la misión de estos militantes comprometidos con los
derechos humanos?
Se
observa que los hombres y mujeres de estas cuatro organizaciones no buscan la
justicia, la verdad y la historia objetiva de la Argentina, sus conductas
permanentes violan normas nacionales y convencionales. Continúan con una
ideología de reivindicación de los grupos terroristas de los 70.
Los
familiares de los acusados y aquellos ciudadanos defensores del Estado de
derecho que mañana estarán presente para acompañar los ex agentes del Estado
representan a todos los prisioneros políticos a quienes se les violan sus derechos humanos, son víctimas de una justicia que actúa ilegalmente
en toda impunidad, de jueces corruptos, politizados y del silencio cómplice del
gobierno. Paris, 27 agosto 2019, CasppaFrance
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