Observando que, en la Argentina, los
imputados en los ilegales juicios de lesa humanidad, si bien, por principios
constitucionales y convencionales deberían ser beneficiados por la presunción
de inocencia, en realidad, hay una inquietante presunción de culpabilidad por
parte de una horda de ONGs mal llamadas de Derechos Humanos, explotando una
dudosa socializada palabra de presuntas víctimas.
La ilegal afirmación de culpabilidad,
no es desde lo jurídico, sino a una noción de Nietzsche, que se instala
como ley : la moralina relacionada con la moral como sustancia aditiva,
pegajosa, toxica y existente de personas y de delitos. La discriminación, el
odio, la venganza son actos positivos para los que defienden violar normas
imperativas!
Estos defensores de un relato, de una
victoria, utilizaron la influencia e impacto de la opinión publica (como reina
del mundo, Pensamientos Pascal 311-665), destruyen la verdad deformando la
palabra de una supuesta víctima, realizan afirmaciones sin pruebas. Son
proclives a las amalgamas, analogías negativas, a crear un enemigo. El objetivó
es ignorar la prescripción y la presunción de inocencia.
Los representantes de la moralina de
los DDHH, ignorar que “solo los hechos pueden expresar un sentido...”(Wittgenstein-Tractatus,
Lógico-Filosófico, 3.42) ; buscar uniformar la opinión, que el que niega
el relato demuestre que no se trata de una mentira. De lo contrario, la mentira
se transforma en verdad. Manipular y desinformar a la sociedad es el objetivo.
A los ilegales acusados en los
procesos políticos llamados de lesa humanidad, no solamente se les violan sus
DDHH, sino que son victimas de calumnias y otros graves delitos, realizados mas
de 40 años después de los supuestos hechos en denuncias que fundan la
acusación, fabricada por la malicia de sus enemigos (Boece – La
condición de la Filosofía).
La justicia federal se asocia a la
destrucción de la verdad jurídica, para quienes ni la racionalidad, ni la
lógica son pilares de normas objetivas, porque para los representantes de la
justicia utilizando la moralina, todo es posible.
Los magistrados federales, y los
militantes mal llamados de DDHH, olvidan (voluntariamente), que una acusación
es la prueba de nada, porque si no sería suficiente afirmar su sola verdad para
probar y condenar. ¿En nombre de que liberación de la palabra se debería
repudiar y confiscar los de los ilegalmente acusados?
Existe un postulado peligroso por el
cual toda memoria seria virtuosa y todo olvido condenable (tribuna de mas de
100 mujeres, abogados penalistas en defensa de Roman Polanski, Le Monde 8/3/2020).
Homero, conocía bien estos defensores de
las moralinas, quien afirmo que : “La prescripción prohíbe al hombre
mortal, conservar un odio inmortal”. Porque toda forma de
acusación arbitraria promueve un linchamiento generalizado.
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