Es sorprendente, preocupante y hasta
peligroso que las decisiones de gobierno en los ámbitos políticos, económicos,
judiciales (en los procesos de venganza e injusticia), se encuentren entre las
manos de irresponsables hombres políticos, de exterroristas y de acusados de
numerosos delitos. Las garantías del Estado de derecho están en juego.
El triunvirato que ejerce e influye
en las tomas de decisiones de la política argentina, la componen : el carnicero
de Comodoro Py[i]
(alias el Mono, ex integrante de Montoneros), quien legaliza los crímenes y
delitos cometidos por el gobierno, el eunuco Fernández en la casa
Rosada, que ante la mínima presión de ONG, cambia de opinión y se adapta sin
problemas al contexto ; y la Harpyia-Neftisen el Senado que impulsa
impunidad y venganza, que es la verdadera jefa de la banda K. Un Klepto
Estado en perfecta acción.
Estos personajes reeditan viejos horrores[ii],
bajo las banderas de la justicia y memoria; el relato reemplaza el lavado de
cerebro, la cárcel y la resocialización con los acusados ilegalmente de lesa
humanidad sustituye los campos de reeducación, poco importa la ofensa masiva
contra la dignidad y los derechos humanos de los condenados a la muerte civil
en nombre de los grupos terroristas de los años 70.
Es en esta ambigüedad que el
presidente Fernández “pidió perdón a victimas del terrorismo” (diario La
Nación, 25 de febrero de 2020) al hablar de la violencia armada de las
organizaciones terroristas en los anos 70 en la Argentina con los agentes del
Estado. Al referirse a aquellos que defendieron las instituciones y la
sociedad, dijo: “Esas inconductas fueron delitos atroces que determinaron
horrible e imperdonable padecimiento a miles de personas”. ¿Y las victimas
que dejaron las organizaciones terroristas, que ni el gobierno o la justicia
reconoce, y por los cuales la sociedad guarda silencio?
Al ser atacado por sus declaraciones,
el abogado Fernández cambio rápidamente de discurso, se asocia del lado de
aquellos que están por un falso revisionismo histórico utilizando la política,
la que con el argumento de negacionismo de oportunidad, se busca la impunidad
de hijos, esposos, hermanos, padres que en los anos 70 en Argentina, asesinaron,
secuestraron, hirieron a miles de personas, y quienes, las llamadas ONG de
derechos humanos no se interesaron nunca.
¿Quién pide perdón y reconocimiento a
las víctimas que ocasionaron los militantes de los diversos grupos terroristas
que asolaron la Argentina de los años 70?
El
carnicero de Comodoro Py, el eunuco de la Rosada y la Harpyia-Neftis
del Senado, miran para otro lado, guardan silencio, hasta olvidaron sus
obligaciones jurídicas, constitucionales y convencionales.
Casppa France.
Casppa France.
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