Comunicado de Prensa
Declaración del Secretario General respecto a la autonomía de la CIDH
28 de agosto de 2020Respecto a cierta campaña de desinformación por la cual se pretende
hacer creer que la autonomía de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) está de alguna manera en riesgo, reafirmo que no tengo
ningún interés ni deseo de participar en la selección del próximo
Secretario Ejecutivo, ni participar en las discusiones que lleven a su
elección, ni de escogerlo por mi parte. Reafirmo, asimismo, que ese
proceso corresponde y corresponderá a la CIDH.
Por otra parte, espero la máxima responsabilidad de la CIDH respecto a
ese proceso y que la persona designada para ser incorporada como
Secretario Ejecutivo tenga idoneidad personal, moral y profesional para
el desempeño de sus funciones.
Reitero, asimismo, que de ninguna manera incorporaré o reincorporaré a
ninguna persona sobre la cual penden 61 denuncias. Más allá de la
presunción de inocencia es desconocer la gravedad que tienen estos
hechos y que la CIDH tuvo más de un año para materializar esa presunta
inocencia trasladando lo informado por la Ombudsperson a las instancias
de la OEA correspondientes. Por el contrario, los Comisionados luego de
ser informados al respecto, incluso por mi persona, en lugar de buscar
el más pronto esclarecimiento de los hechos denunciados (a saber:
conflicto de interés, tratos diferenciales, retrocesos graves en la
transparencia de los procesos, retaliaciones y violaciones al código de
ética, impunidad para denuncias de acoso sexual, por mencionar algunas)
procedieron en forma prácticamente inmediata a expresar su voluntad de
renovar por un nuevo período al entonces Secretario Ejecutivo. Cabe
decir que el proceso llevado adelante por la ombudsperson fue largo y
transparente dado que mantuvo permanentemente informada a la CIDH al
respecto.
Por otra parte, nos llama la atención que consideraran que la persona
más apta para el cargo es alguien con 61 denuncias pendientes de
resolver lo que hace ver una situación funcional muy grave.
Estos días me han hecho pensar mucho en la situación de las víctimas de
acoso laboral, en el mundo entero, no solo en la Organización y para
este caso. La situación que viven, cómo el sistema los invisibiliza, los
enmudece, los aplasta. Cómo de pronto son lo menos importante de todo.
Como el acusado mueve el sistema, como el sistema lo arropa sin importar
nada y aún menos los derechos de las eventuales víctimas.
En este tiempo he visto sin ambigüedades a un sistema corporativizarse y defender lo indefendible.
A aquellos que dicen defender derechos humanos como OACNUDH, HRW,
Amnesty, CEJIL, etc… desconocen derechos laborales básicos de
trabajadoras y trabajadores para garantizarles la posibilidad de
trabajar libres de acoso. Respuestas corporativas y negacionistas no es
la mejor manera de dar justicia ni de garantizar los derechos humanos.
Es de extrema gravedad desconocer estos derechos, desconocer las
denuncias, tratar de imponer al denunciado por un nuevo período
desconociendo la gravedad de la situación y de las denuncias, así como
de la situación física, psicológica y espiritual de las funcionarias y
los funcionarios. Eso ya no es complicidad pasiva, eso es encubrimiento
activo. Todo ello en nombre de algo que nunca ha estado ni estará en
juego: la autonomía e independencia de la CIDH.
Como Secretario General no voy a imponer nunca un Secretario Ejecutivo a
la CIDH, reconozco a la CIDH su derecho de seleccionar a la persona que
considere más apta ética y profesionalmente para el desempeño del
cargo, proceso del que no voy a participar ni quiero participar.
Por otra parte, también velaremos para evitar que la autonomía e
independencia de la CIDH se vea afectada por la intromisión de ningún
Estado en éste y otros procesos internos.
Referencia: C-089/20
https://www.oas.org/es/centro_noticias/comunicado_prensa.asp?sCodigo=C-089/20
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