mardi 15 décembre 2020

El año 2020, año 0 de “los Derechos humanos” en Argentina.

 

El año 2020, año 0 de “los Derechos humanos” en Argentina.

El 15 de diciembre de 2019, Mario Sandoval era extraditado hacia la Argentina, su llegada al día siguiente al aeropuerto de Buenos Aires, donde fue rodeado por fuerzas de policía argentinas triunfales y super armadas, en una puesta en escena sabiamente orquestada para los medios locales era un adelanto de lo que se esperaba.

En ese momento su estado de salud era incompatible con un interrogatorio o con la mínima declaración (y luego de un viaje agotador dónde lo habían mantenido permanentemente esposado) fue inmediatamente presentado al Juez argentino a cargo de la “instrucción”.

La misma había sido escrita hacía tiempo y solo faltaba completar  algunos espacios en blanco por el juez, que por supuesto, cerraba de esta manera el asunto  que ya había sido arreglado. No había necesidad de hacer una audición, ya que era culpable. Y sobre todo  que no dejó de pedir para ser escuchado y siempre estuvo a disposición de la justicia.

Hay que decir que el “proceso” de Mario Sandoval había comenzado 11 años antes por un artículo absurdo publicado en la”Pravda” argentina, retomado por todos los”  testigos” en sus declaraciones y por el juez. Inútil entonces juzgarlo o perderse   en el trabajo de investigación, ya que todo había sido dicho. Solo faltaba arrestarlo ya que ya era culpable. Mario Sandobal fue juzgado y condenado por la voz “justicialista “y “Kirchnerista” antes de su arresto. Cuando esto fue obtenido, solo le quedaba la prisión. El resto era superfluo.  El respeto del derecho, de la presunción de inocencia, un legajo vacío y la ausencia de pruebas, ¿para qué complicarse? Para la justicia “justicialista “ a los órdenes (o “legítima”, según la terminología elegida por esos jueces militantes) es suficiente elegir a un hombre para hacer un culpable, y repetir una mentira para transformarla en realidad ayudados por ONG cómplices. Bienvenidos a la era de la post-verdad político-judicial. Como en “el Proceso” de Kafka[i] cuando la propietaria de la pensión donde se alojaba Joseph K, le dice “… sé bien que esta arrestado, pero no es como se arresta a los ladrones, cuando uno es arrestado como un ladrón, es grave, mientras que su arresto… me da la impresión de algo sabido que yo no comprendo”. A lo que él responde: “ no es sólo algo sabido , es la “nada” ridícula”. Estamos en la nada ridícula que nos aniquila porque no se puede luchar contra ella. No hay forma de agarrarla, no hay remedio para luchar contra el absurdo arbitrario.

Sobre Mario Sandoval, todo fue dicho, escrito, salvo la Verdad. Los peronistas y los miembros de las asociaciones terroristas de ayer son expertos de la manipulación de los hechos y de la instrumentación de la justicia. Se reinventaron hoy como “jóvenes idealistas” que luchaban contra la dictadura, borrando de un plumazo los crímenes atroces perpetuados en democracia y el gusto desmesurado por la violencia. Hoy, luego de haber expurgado de la justicia a todos los que no compartían ese proyecto de judicialización del pasado ( y luego de haberse exonerado a ellos mismos  de cualquier tipo de persecución) se transformaron en grandes defensores de los Derechos Humanos.

Enfin, defensores de” sus” derechos diríamos ante todo. Lo que no les impide en 2020 seguir exaltando la violencia política y atacar las Instituciones de la República Argentina, cuando no van en el sentido que ellos desean ó amenazan la impunidad de uno de sus miembros benefactores…

En un año ¿Qué pasó? Nada, la nada, el año zero del derecho, de la verdad, de la justicia del respeto a la presunción de inocencia, un año perdido. ¿Quién tomará en cuenta ese tiempo robado injustamente a un hombre, detenido arbitrariamente lejos de su país y de su familia?. El año2020 solo sirvió para privar arbitrariamente a Mario Sandoval de su libertad mientras que  todas las condiciones estaban dadas para que pudiese ser mantenido en libertad  esperando su proceso si es que este debía tener lugar. Fue  sometido a un examen de manera “retorcida”,  si haber sido jamás escuchado ni enfrentado a sus detractores y sin ninguna investigación. . En la Argentina Peronista, el poder judicial bajo órdenes no se preocupa por estos actos insignificantes antes de juzgar o condenar a un hombre por crímenes de” lesa humanidad”. No necesita pruebas, ni  confrontación con los “testigos” cuya sola palabra 40 años después de los hechos supuestos es suficiente para identificar como “torturador” o “represor”. ¿Qué nombre tiene esta “justicia”?

Mientras estos jueces hacen y deshacen la vida de los prisioneros políticos y de sus familias, más de 600 de entre ellos han muerto, esperando el proceso. ¿quién se preocupa por estas prisiones arbitrarias y por estos presos políticos detenidos provisoria y eternamente cuya edad promedio es de75 años? ¿Quién se preocupa por los muertos por Covid 19 detenidos, sin haber podido ver a los suyos y luego de habérseles negado  el arreglo de una pena o la libertad provisoria a la que podían legítimamente  acceder?

Durante este tiempo, por supuesto, los prisioneros próximos al poder, acusados de corrupción y de otras indelicadezas, fuero masivamente liberados. La justicia bajo las órdenes del “justicialismo”, la palabra maestra del “peronismo”. Esta célebre frase del General Perón “al enemigo, nada, ni la justicia, al amigo, ¡todo!” resume perfectamente esta situación. ¿quién se preocupa? Para la Comunidad Internacional se pone por delante el hermoso programa de “memoria, justicia y verdad” creado con todas las piezas para justificar la pseudo- legitimidad de los procesados de crímenes de “lesa Humanidad”, fuera de toda legalidad. La realidad es que esta puesta en escena no busca ni la verdad ni la justicia ni el juicio imparcial, y a toda vista, con una memoria parcial, donde los héroes son los terroristas de ayer.

En un país en crisis, el gobierno peronista y sus “militantes” se relamen con los “derechos del hombre” mientras que el pueblo argentino muere un poco más cada día, de Covid, de miseria, de hambre, de desesperación, de la represión que se extendió sobre el mismo desde hace unos meses, del caos y de la locura del confinamiento sin fin. En el país de los Derechos del Hombre (para algunos) se muere todos los días un poco, bajo la violencia, el caos, la miseria, librado a sí mismo, sin defensa. Los jueces, ellos , luego de un año extremo dedicado a mantener sus privilegios exorbitantes, estarán pronto de vacaciones y podrán disfrutar de sus bienes mal habidos mientras que cada día que pasa los aleja un poco más del Juramento que alguna vez hicieron. En cuanto a los Montoneros y a los numerosos adulones del “justicialismo progresista” en el poder, ellos pueden enorgullecerse del balance: El país tiene hoy en día más pobres que en los últimos 25 años y sobre todo entre los jóvenes. Esos pobres no cuentan para la inteligencia justicialista que los utiliza. No conocerán de los derechos del hombre más que una palabra vacía de contenido que no hará más que empeorar sus frágiles condiciones de existencia y de esperanza de una vida mejor. La multitud no les interesa a los revolucionarios aburguesados cuando ya no les sirve para conquistar el poder.

El 10 de diciembre último, para conmemorar el  día mundial de los derechos del hombre y terminar alegremente este 2020, el presidente y la Vicepresidente aclamaron a peronistas y montoneros en un acto oficial en la ESMA[ii]. Tristes tópicos. Este país en los confines del mundo es dirigido por nostálgicos de la violencia política, que justifican su acción en un discurso memorial hemipléjico donde las muertes causadas por ellos no cuentan, mientras persiguen a ancianos guiados por el único deseo de venganza. Sus derechos humanos son de geometría variable, y la falta de declaración para condenar las indignas elecciones organizadas por el régimen dictatorial de Venezuela demuestra que su «software» de los años 70 no ha cambiado.

La violencia política que gangrena este país desde los años 60 no desapareció luego de más de medio siglo. Se  perpetúa bajo el nombre de justicia, que no es más que una venganza ciega, arbitraria y una persecución política. Las prisiones argentinas se transformaron para estos hombres en “ prisiones del pueblo” utilizadas por los terroristas revolucionarios de los años 70 de dónde no saldrán vivos. A esto se llama hoy, según la terminología oficial del secretario de los derechos humanos, la lucha contra la “impunidad gerontológica”. ?como podemos cerrar los ojos y aceptar semejante barbarie en el siglo XXI? ¿ Cómo no indignarse con estas parodias de procesos judiciales  que se desarrollan bajo la presión y los insultos de los “ militantes” y donde cada sentencia está escrita con anterioridad? ¿ cuántos acusados son liberados por falta de pruebas, luego de interminables detenciones provisorias destinadas a abatirlos física y mentalmente? Apenas 10% de entre ellos. Está bien semejante taza de condenas opuesta a los resultados obtenidos por los delincuentes de delitos comunes. Por otra parte, tan pronto como uno de los detenidos está a punto de cumplir su pena, debe afrontar como por casualidad otro asunto, una nueva acusación, y así sucesivamente (¡el más viejo de los presos políticos -92 años-, acaba de ser condenado a cadena perpetua por séptima vez!).

Teniendo en cuenta los simulacros de juicio donde la defensa no puede hacer preguntas a los “testigos “ para no “revictimizarlos”,  dónde las partes civiles tienen todo el apoyo de la máquina estatal puesta a su servicio para ayudarlos   a “reconstruir la memoria” y dónde la sola palabra es suficiente 40 años después para poder condenar sin la menor prueba, aún cuando la defensa demuestra que se trata de una mentira, nos preguntamos cómo pudieron alcanzar el 100%. Solo que esto no tiene nada que ver con la justicia, pero sí con la arbitrariedad. Último detalle insólito, para acusaciones penales tan graves: estos procesos de la vergüenza se desarrollan ahora por Zoom, lo que permite acelerar su ritmo, y así mejorar las estadísticas de condenados para satisfacer las demandas de las «partes civiles»

Para el presidente de CASPPA France, la persecución absurda lanzada contra él desde hace 8 años continúa. La asociación que fundó continuará sin descanso denunciando estas injusticias hasta obtener su liberación y la de todos los prisioneros políticos acusados ilegalmente de haber cometido durante los años 70 crímenes de “Lesa Humanidad”.

Casppa France,

15/12/2020.



[i] «Le Procès», de Franz Kafka, fue publicado con el título original «Der Prozess» en 1925 en Berlín.

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